Epílogo de doble estío

I
Este callado arder de oculto fuego
En que, soñando, el alma se ensimisma,
Es cenicienta, remansada lumbre,
O llama que me punza y me lastima.
Siento que se separan mis recuerdos
De un solo recordar que los olvida:
Que una sola esperanza me separa
De tantas esperanzas ya perdidas.
Y el punzante dolor me va clavando,
Como un latido, su aguzada espina,
Que, al encontrar mi llaga más secreta,
Por el herido corazón respira.


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Poema Epílogo de doble estío - José Bergamín