En

EN esta isla derivada del calor yo no sé

Si tu seno dispondría bien la siesta

Para el silencio comprometido en los pies del hermano

Que pasará de un sueño a otro las sílabas de tu nombre

Se busca nacer montañas cuando se miente

Se arranca de estos muros la sombra para el contagio

Se puede cambiar por metal la voz de los que cantan

La yerba sería capaz de sostenernos muertos

Por su propio prestigio

Creyéndose cansado de amar a Dios se cubriría de flores nuestro cuerpo

Sobre el vientre qué felices las rosas más tibias

Pero no Es todo en vano en este país de flores anchas

Educado hasta en sus aves por las manos que cambian el destino del viento

Inútil el esfuerzo de nuestra geografía

Concreción de fenómenos que buscan su centro

Yo derivo hacia esta isla el nombre que el hermano

Tiene cuando el calor dilata las sílabas y completa tu seno

Sólo dos o tres flores de diferencia Acaso la montaña

El contagio de la montaña da la voz de la siesta

Yo sostengo la creencia de que después de todo

El mundo es esto y esto y esto

Apenas un manojo de peces rubios te lo explicaría

Se pudiera decir

El mundo penetra por tu dedo índice

Tu cabeza lo espera apoyada en la siesta

Pero todo es en vano

Es ya muy tarde para que me creas

Y ni acaso mil cítaras de pronto lograran convencerme

Es ya tan tarde que se te hace

En la saliva un pequeño archipiélago con mi nombre


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Poema En - Luis Álvarez Piñer