Tengo los ojos hechos para verte
Y los labios compuestos para el beso,
Y el corazón tan solo que no advierte
Más que ese nombre tuyo en todo impreso.
Como si caminara hacia la muerte,
A tu memoria voy y no regreso
Mientras este ancho mal de no tenerte
Me amarra una tristeza a cada hueso.
Soy como el ave que olvidó su nido
Y, herida por tu falta, en vano quiere
Hallar el tacto amable de tu rama.
Tanta ausencia me ausenta hasta el sentido
Y hasta la poesía se me muere
Al saber que tu voz no la declama.