La serrana más hermosa,
la de los ojos serenos,
que al Rey prendió el coraçón
con uno de sus cabellos;
la que con una palabra
le traxo hasta su aposento,
y tamañito le puso
dando qué dezir al cielo;
la que le puso de suerte
que los grandes de su reyno,
diz que se maravillaron
como tan otro le vieron;
la que le traxo a un portal
en una noche de invierno,
temblando delante della,
estando de amor ardiendo;
la que fue tan venturosa,
que, siendo un pastor su abuelo,
se vio reyna de tres mundos
y madre del que es rey dellos,
oy, con su amor en sus braços
hecho dosel de su pecho,
con él parece que ruega
a Adán, que le está pidiendo,
a sus pies puesto un esclavo
cargado de propios yerros,
el coraçón en los ojos,
le dize humilde estos versos:
“Dadnos, virgen bella,
del nochebueno,
de diversas frutas
y pan del cielo.”
El cielo, señora,
que diz que es muy vuestro,
os dio en aguinaldo
quanto tiene bueno.
El Padre a su Hijo,
el Hijo a sí mesmo,
el Hijo y el Padre
al Amor eterno.
“Dadnos estas pasquas
del nochebueno,
de diversas frutas
y pan del cielo.”
En el horno virgen
los tres le pusieron,
donde nueve meses
se estuvo coziendo.
Reciente y hermoso
le ponéis al yelo,
porque el hombre pueda
llegar a comerlo.
“Dadnos, virgen bella,
del nochebueno,
de diversas frutas
y pan del cielo.”
Pan es de los pobres,
pues alegre veo
que lo dais de gracia,
y gracia con ello.
Pan nuestro se llama,
dadnos el pan nuestro,
que, aunque nos le deis,
se os quedará entero.
“Denos buenas pascuas
el nochebueno,
de diversas frutas
y pan del cielo.”