¡Oh, palacio cruel, casa encantada,
Laberinto de engaños y de antojos,
Adonde todo es lengua, todo es ojos;
Cualquier cosa es mucho, y todo es nada!
Galera donde rema gente honrada
Y anda la envidia en vela haciendo enojos;
Hospital de incurables, que a hombres cojos
Dan siempre una esperanza por posada.
Calma del tiempo, sueño de los días;
Pues son viento las pagas de tus gajes;
Vano manjar de camaleones buches.
Sean tus escuderos chirimías;
Órganos tus lacayos y tus pajes;
Tus dueñas y doncellas sacabuches.