Cuento infantil

Erase que se era, ha tiempo, una cometa
-esqueleto de caña y carne de papel –
Unida solamente al resto del planeta
Por un hilo de cáñamo. Y yo tirando de él.
Yo la miraba absorto. ¡Por fín, por fín arranca
A volar! Y la cometa, abrazándose al viento
Se me alzó de improviso sobre la arena blanca
De la playa otoñal. Aún parece que siento
Su fuerza brusca y brava tirando de mi mano,
Tremolando en mis dedos, provocándome el grito,
Y su perfil naranja cada vez más lejano
Arañándole el vientre a un azul infinito.
Pero, de pronto, el viento se nos fue con la tarde
Y herida por la calma, ya no supo volar
Mi cometa. Recuerdo el silencio cobarde
Cuando la ví caerse en los brazos del mar.
…………………………………………………
Yo soy como tú eras, vieja cometa: frágil,
Cuerpo de carne y hueso y alma de soñador.
Sin viento de esperanza que me haga sentir ágil
Se derrumba, impotente, mi sueño volador.
Yo se que El tira siempre de ese hilo que me ata
A la vida y si caigo en picado o si remonto
El lo decide. Ahora que esta calma me mata
Rezo en silencio ansiando que el viento vuelva pronto…


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Poema Cuento infantil - Ramón Graells Bofill