Yo no buscaba honores de la vida.
La vida, cuando da ciertos honores,
No logra con sus lauros exteriores
Neutralizar la sátira escondida.
Yo no añoraba bienes en el mundo.
El mundo, cuando otorga ciertos bienes,
Cuelga tantos desvelos en las sienes
Que hace al hombre un eterno vagabundo.
Yo anhelaba la paz, y la paz vino;
Y vino con su fuego matutino
Para solear la holanda de mi fe.
Sembrador en el alma y en el agro,
Florecieron las ramas del milagro…
Yo anhelaba el amor, y te encontré.
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