Maria de pacheco

Aun flotaba, en la atmósfera sangrienta
De los batidos campos de Castilla,
El último suspiro de Padilla
El último rumor de la tormenta.

De muerte herida, la viuda alienta
Y a los verdugos de la patria humilla…
¡Fue un rayo aquel que todavía brilla,
Del pueblo gloria, del tirano afrenta!

Villalar dio principio al desenfreno
Y, cuando todo es aparente calma,
La aristocracia se juzgó triunfante…

¡Guardaba Iberia, en el materno seno,
Para un emperador, hombre sin alma,
Una mujer con alma de gigante!


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Poema Maria de pacheco - José De diego y Benitez