En favor de manes

Ay de ti, prepoeta,

Que no te flaqueciste en hinchazar

Débil legado de revelaciones.

Esa así tu condena:

Esnifar sin ya tregua

Polen cáreo

De los idilios idos de agosto,

La tela de hedor

De las pecinas fáciles,

Celada agua de desolación.

Y oh a vos, solecísimo:

Gloria, aeda, in excelsis,

Seas.

Oh quien apacientas

El archivo de peonias

Lactantes.

Séase,

Ballena burócrata,

Que cultivas con esmero

El anillado de las giocondas.

Tus dias están hechos

De leche incólume.

Tu verdad se sienta

A la diestra de más beldad.


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Poema En favor de manes - Agustín Delgado