Conyers

A María, la más dulce madre
Se pinta un arcoiris en el cielo
Y danza el sol, dorando la colina.
La multitud, cansada y peregrina
Implora fervorosa por consuelo.
Huele a místicas rosas, frescas, puras,
Y el paso cadencioso del rosario
Persiste. El cielo ahora es un sagrario
Y el sol una gran hostia en las alturas.
Hay paz. Un repentino sentimiento
De contrición que escarba en mi pasado
Me sugiere, al llorar, otro bautismo.
Y en un gesto que es casi un sacramento
Me persigno y me siento renovado.
Gracias, Padre, por nuestro cristianismo.


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Poema Conyers - Jorge Antonio Dore