Yo fui de arena
Porque dabas fuerte
Y no te dolía.
Y cuando regresaba
La marea
Ya no quedaban
Huellas.
Yo fui de arena
Porque siempre volvía
A mi ser,
Pétreo e invertebrado
Tras tus pies
Pisando mis castillos
Mis costillas
Mi cuello.
Yo era arena virgen
Hasta que llegaste
Y lo manchaste todo
De sangre.
Yo fui arena
Llorante, mojada y sombría.
Sal.
Mar rojo.
Y un trocito de cielo
Si preguntaban.
Yo fui arena rota
Porque vulnerabas
Mi naturaleza
Intacta
Como baldosas de cemento
Bajo el mar.
Yo fui arena
Frágil e indivisible.
Y ahora soy piedra.
Nervio.
Arma de palabras.
Y ahora soy una duna
Por la que resbalan
Tus hijos,
Y rien conmigo,
Y río con ellos
Cuando estás
Lejos.
Y lloran,
Y lloro,
Porque sé
Que nuestros hijos,
Pueden ser ahora
Tus nuevos sacos
De tierra y
Ceniza.