Lloro, Filis, mas es sin apariencia,
que sé dolerme, mas quejarme ignoro.
Lloro hacia el corazón: sepa que lloro
el dolor, pero no la diligencia.
Aunque es agua, no opone resistencia
al fuego que encerré como tesoro;
que no llorara yo si mi decoro
aumento no le diera sin violencia.
Sale el fuego del pecho y vuelve al pecho,
cual reloj que en hilando las arenas
las mismas otra vez en sí recibe
Porque faltaran al amor sospecho
ya penas contra mí, y así apercibe
que en mí, como en reloj, vivan las penas.