Cuerpo de la amante

I

Pródigo cuerpo:
Dios, animal dorado,
Fiera de seda y sueño,
Planta y astro.
Ruente encantada
En el desierto.
Arena soy: tu imagen
Por cada poro bebo.
Ola redonda y lisa:
En tu cárcel de nardos
Devoran las hormigas
Mi piel de náufrago.

II

Tu boca, fruta abierta
Al besar brinda
Perlas en un pocillo
De miel y guindas.
Mujer: antología
De frutas y de nidos,
Leída y releída
Con mis cinco sentidos.

III

Nuca:
Escondite en el bosque,
Liebre acurrucada
Debajo de las flores,
En medio del torrente,
Alabastro lavado
Mina
Y colmena de mieles.
Nido
De nieves y de plumas.
Pan redondo
De una fiesta de albura.

IV

Tu cuerpo eternamente está bañándose
En la cascada de tu cabellera,
Agua lustral que baja
Acariciando peñas.
La cascada quisiera ser un águila
Pero sus finas alas desfallecen:
Agonía de seda
Sobre el desierto ardiente de tu espalda.
La cascada quisiera ser un árbol,
Toda una selva en llamas
Con sus lenguas lamiendo
Tu armadura de plata
De joven combatiente victoriosa,
Única soberana de la tierra.
Tu cuerpo se consume eternamente
Entre las llamas de tu cabellera.

V

Frente: cántaro de oro,
Lámpara en la nevada,
Caracola de sueños
Por la luna sellada.
Aprendiz de corola,
Albergue de corales,
Boca: gruta de un dios
De secretos panales.

VI

Tu cuerpo es templo de oro,
Catedral de amor
En donde entro de hinojos.
Esplendor entrevisto
De la verdad sin velos:
IQué profusión de lirios!
ICuántas secretas lámparas
Bajo tu piel, esferas
Pintadas por el alba!
Viviente, único templo:
La deidad y el devoto
Suben juntos al cielo.


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Poema Cuerpo de la amante - Jorge Carrera Andrade