Vengo del norte viii

YO no sabía que aquí mirabais el mundo

Con los ojos cerrados,

Que amabais las cosas con tanto desenfreno,

No sabía nada de vosotros ni de este continente

Al que llegamos siguiendo el curso del olvido.

Vengo del Norte,

De los acantilados de un destierro,

De los muelles que esperan la ternura,

De las mareas del último suspiro.

Ella quiere pediros una estrella fugaz para amarrarse

El pelo;

Está cansada y ha venido mirando atrás

Como los que no vuelven.

Mañana se verá en las aguas y quedará preñada

De las profundidades; mañana, siempre mañana

Como hacen las promesas.

Vengo del Norte,

De la edad retorcida de las viñas,

De los poblados rústicos del vértigo,

Del alarido febril del urogallo.

Desde ahora poseeréis el delirio de arcilla

Que retumba en el vientre de la cerámica,

Poseeréis la fuga de las olas, el verbo de la espuma.

Desde ahora beberéis el jugo del pomelo

Y plegaréis la simetría del alma en los moluscos

Y llevaréis sombreros como los que vendimian

Las llanuras del alma.

Yo no sabía que aquí entendíais la prisa de los ríos

Y cruzabais la historia en balsas de corteza.

No sabía nada ni de vuestros frutales afrodisíacos

Ni de vuestras mujeres migratorias.

Vengo del Norte,

De donde lloran las abuelas cuando suenan las gaitas,

De las escapatorias de los topos,

De las minas saladas de las lágrimas,

De la beatitud que fermenta en los hórreos.

Soy prisionero del salitre. ¿Por qué no preguntáis

Cuántos naufragios tengo?

Puedo responderos con una nube.

Ella viene conmigo y en los días bisiestos

La amaré con dos bocas.

Ella es la amada que vieron los pescadores en las afueras

De la niebla.

Ella es la heredera de los faros,

La última gitana de la estirpe del llanto.


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema Vengo del norte viii - Aurelio González Ovies