Era un pez sigiloso del color de los pinos.
Daba vueltas y vueltas alrededor del cielo
Tan cadencioso y suave
Que daba casi miedo tocarle las escamas.
Era un pez taciturno que andaba por el agua
Componiendo sin cesar versos marinos
Que hablaban del amor y de otros peces.
Navegaba en silencio. Siempre solo.
En sus ojos azules se filtraba la luz
Y él bajaba las alas
Como si un gran destello le cegara los párpados
Y lo empujara levemente hacia el suelo.