Raphela

quien os ama siempre vela,
que durmiendo está velando
quien a vos está ensoñando.

Yos mando que os asentéys
al cabo daquella sala,
que de lexos vuestra gala
muy mejor la venderéys.

¿Qué aprovecha que yo esté
lejos de poder hablaros,
pues estoy para alcançaros
tan cerca como yo sé?

Un desseo me a tomado
de veros cómo corréis,
si no os corréis.

Un otro desseo tengo:
alcançaros por mi vida
de corrida.

Yos mando que me sirváys
ciertos días la semana,
y si estoy de mala gana
que por do venís bolváys.

Si atrás he de bolver
quando tal os hallare,
cierto está que caeré
pero no de bien querer.

Buscaréys por estas damas
y, si Aldonça ay, diréys:
vos sabéys a qué sabéys.

Aldonça sabe
solo ella a lo que sabe,
que quien quiere gustar della
gustará a solo en vella,
lo que en ella nunca cabe.

Yos mando que no habléys
por espacio de un hora,
por que no nos enogéys
a criada ni a señora.

Yo haré vuestro mandado,
mas a veces yo no mando,
pues harto habla callando
quien de vos es maltratado.

No quiero questéys sentado
hasta tanto que os lo diga,
por ver si ternéys fatiga
de haveros yo mandado.

Vos holgáys de verme en pie
para más cansar mis pies,
yo querría estar en tres
por lo que me cansaré.

Yréys con ojos cerrados
a tocar a la pared
y pedirme una merced.

La merced que yo hos pido,
[pu]es cegado me avéys,
que vos, señora, me guiéys.

Buscaréys por estas damas
y dezid a Ysabel:
matadora no cruel.


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema Raphela - Luis Milán