Querella fraternal

Muchacha provinciana
Que al morirse la tarde lastimera,
Te asomas pensativa a la ventana,
Detrás de la marchita enredadera,
Y buscas con los ojos tras la loma,
Tal vez pensando en una historia trunca,
Un novio que no asoma, que no asoma,
Que no llegara nunca…

Viajero solitario
Que al acercarte a la escondida aldea,
Te paras a mirar el campanario,
Y el camino amarillo que serpea
Como un dolor sobre el escueto monte,
Hasta perderse triste y silencioso
En el confín del pálido horizonte…

Enfermo que en tu alcoba
Oyes el grito del reloj que deja
Desde su caja obscura de caoba
Caer las horas como dulce queja,
Y piensas en la madre y en la novia
Que te tienden los brazos desde lejos,
Sin saber la amargura que te agobia,
Al ver quizás por la ocasión postrera
La ultima rosa que prendió la tarde
Como un beso de luz en tu vidriera…

Poeta taciturno
Que a media-noche en la calleja avanzas,
Recitando entre dientes el Nocturno,
Mientras se escucha un piano adolorido
Que deshoja recuerdos y esperanzas
Como se queja un ave desde el nido..

Yo soy hermano de vosotros; flota
Algo crepuscular en torno mío,
Algo que es luz, o soledad, o nota,
O murmullo lejano de algún río…
Algo que viene desde lejos, y arde
Como una estrella vespertina y tiene
La tristeza infinita de la tarde…


1 Star2 Stars3 Stars4 Stars5 Stars (1 votes, average: 5.00 out of 5)

Poema Querella fraternal - Ricardo Nieto