A Hilda y Gonzalo Rojas
-¿Qúé andan diciendo por ahí? ¿Qué oyes?
¿De algún viejo bohemio la voz bronca?
¿La dulce de su dulce compañera?
¿La del demente, lógica?
¿La voz del solitario entre la muchedumbre
mansa, terca, sorda?
¿La parca del prudente?
¿La cansina del descorazonado?
¿Qué voces son? ¿Qué dicen?
Escucha, hablan de seres
que pasaron y no quieren pasar
a vida mejor
muda.
¿Qué voz oyes?
¿Qué voces?
Vivos los muertos siempre en tus oídos,
están mirando por tus mismos ojos
cuanto florece:
santo campo, tu frente
da tierra a sus palabras.
Oyes sufrir y oyes amar, las voces
del viento en otros labios
van diciendo qué fue, cómo fue,
cómo has sido.





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