¿No ves cómo Hidropico sediento
Se entrega al agua con presteza loca,
Y por más que la bebe, gusta y toca
Le incita con antojo más violento?
Aun es poco del agua el elemento
Para templar el ansia de su boca,
Pues bebiendo le enciende y le provoca
La interminable sed de su tormento.
Así, Roselia cruel, de amor doliente,
Al Hidropico insano fiel imito
Pretendiendo saciar mi ardor vehemente.
A tus labios me lleva el apetito,
Mas ¡ay! que en ellos hallo sed ardiente
Por más que el refrigerio solicito.