Cuando he apresado el tiempo por las repeticiones
He cubierto calles y nombres de ceniza
Lo he medido también por mis heridas
Pero han sido escasas y no bastan
Para las numerosas mediciones
Que nos gastan las manos en ajenas labores
Yo pudiera establecer
Que sólo soy una nota de tu melodía oh tiempo
Pero sería decir cosas que se ignoran
O taparnos los hechos con mentiras
Como en efecto hace la poesía.
No es extraño
Que se estremezclan los cables
Que nos permiten conocernos incluso mediando grandes distancias
Más rápidamente que las migraciones
Que perviven cuando termine de sonar el violín para nosotros
Y sus notas modulen
En cien distintos idiomas
La voz de locutores, hombres y mujeres
Y los satélites nadando en polvo cósmico
Detectan una oscuridad que avanza de modo imperceptible
Y sean los únicos despiertos
Quedando nuestro sueño bajo la ceniza.