Una aldea varada, suspendida
entre un pasado que todos desprecian,
que sólo la memoria compasiva
salva, y un porvenir que no lo es,
que no está por venir, que no será.
Una aldea cuyo futuro fue.
Como ella yo, varado, suspendido
entre quien fui y quien no seré, he pasado
la vida en vilo en busca de otra vida
y otro lugar que ocupe en mí el lugar
que ahora, luz de luto, ocupa ella.