A Lola
DOLORA
Iba llorando la Ausencia
Con el semblante abatido
Cuando se encontró en presencia
Del Olvido,
Que al ver su faz marchitada,
Le dijo con voz turbada:
Sin colores,
-“Ya no llores niña bella,
ya no llores.
Que si tu contraria estrella
Te oprime incansable y ruda
Yo te prometo mi ayuda
Contra tu mal y contra ella”.
Oyó la Ausencia llorando
La propuesta cariñosa,
Y los ojos enjugando
Ruborosa,
-“Admito desde el momento
buen anciano”.
Le dijo con dulce acento.
“admito lo que me ofreces
y que en vano
he buscado tantas veces,
yo que triste y sin ventura,
la copa de la amargura
he apurado hasta las heces”
Desde entonces, Lola bella,
Cariñosa y anhelante
Vive el Olvido con ella,
Siempre amante;
Y la Ausencia ya ni gime,
Ni doliente
Recuerda el mal que la oprime;
Que un amor ha concebido
Tan ardiente
Por el anciano querido,
Que si sus penas resiste,
Suspira y llora muy triste
Cuando la deja el Olvido.