Un aire vino turbio y nebuloso
al concluir de aqueste desposorio,
y un grito oyeron bravo y espantoso
que dezía: “A los dioses sea notorio
que el dios Cupido, falso y alevoso,
está casado en otro diversorio
con Siches, de quien fue primero amigo.
Yo, la Discordia, soy dello testigo”.
Espantáronse todos desta nueva.
Alterados de oyr tan nuevo caso
dizen: “Quien dio la boz, traiga la prueva
para que aqueste hecho salga arraso,
porquel negoçio sea como deva,
y no vamos con él ansí de paso”.
Habló Cupido, que callado avía,
bolviendo por su honrra qual devía.