Huyó la nieve, y árboles y prados
De hoja y grama se visten;
La tierra se rebeza, y, amenguados,
Los ríos no la embisten.
El año te amonesta que no esperes
Bienes aquí immortales,
Y el día, que arrebata los plazeres
Y gustos no cabales.
Amansa deel hibierno yerto el frío
Con Fabonios templados;
Y al verano ahuyentan, deel estío
Los soles requemados.
Éste fallesce luego que el sabroso
Otoño nos madura
Los frutos, y el hibierno perezoso
Por tornar se apresura.
Mas los daños deel tiempo, presurosas,
Las lunas los reparan;
Y restituye el Zéfiro las rosas
Que los Çierços robaran.
Nos, de peor condiçión, si tal vez una
A aquesta luz cedemos,
¿en qué abril, a qué viento, con qué luna
Renovamos podremos?