“…pero una palabra tuya bastará para sanarme…”
…las voces desde la misa
Vierten ecos especiales,
Y no todos las escuchan
Sin que se sientan culpables.
¿Cómo acercarse al Señor
Con la pureza del ángel
Si fuimos hechos de polvo
Y el polvo se volvió carne?
Por el Internet del alma
Cruzan millones de cables,
Unos llegan sin llamarlos,
Otros se alejan fugaces,
Y estamos frente a las teclas
Como plumas en el aire.
Ciegos de dudas y andando
Por caminos desiguales,
Con vergüenzas interiores
Y deterioro en la sangre,
“mi paz os doy” – dice Cristo-,
Queremos la paz del Padre,
Y nuestras imperfecciones
Suplican el Pan y el Cáliz.
Señor, cuando yo penetre
Tus oficinas bursátiles,
Donde valoras las almas
Con tus monedas triunfantes,
Apiádate de mi buque
Con sus excesos de lastre.
Como pecador yo sé
Que he vuelto a crucificarte…
“…pero una palabra tuya bastará para sanarme”.