En el museo de adentro

Recuerdas amor mío el largo adiós

Subdividido las innumerables salas como siglos

Como millones de años cada vitrina absorta

Y en el centro de donde emanaba la extensa arquitectura

El dinosaurio

Enorme la fiera extinta

La cabeza más grande que el cuerpo

El bocado feroz todavía tendido hacia la carne

Asimismo evaporada

Los cónicos dientes las fauces en el solo hueso

Como la crueldad de dos que se aman

Y se hieren profundamente en una frase

Un gesto debajo de la apariencia de inmovilidad

Debajo de los huesos debajo del alma

El gran animal insomne que reina todavía

Pasea por nosotros el reptil tan hondo

Y tú y yo callamos

Ante el conflicto escamoso

Que arrastra su cola amarga

Por ese jurásico escondido

Tan suyo fue como nuestro es

Aquel pantano

Es este

Malignamente te amo

Malignamente te espera esta carne desnuda

Que el tiempo no evapora

Porque sabe que vence a la fauce

Indefensa


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Poema En el museo de adentro - Luis Benítez