Elegía del reloj sin dueña

Habla el reloj

Ya se fue para siempre
El tiempo de su voz, el de sus manos.
¿Para qué andar horas vacías
En que su rostro no aparece
Si era vida mejor morir con ella
Y andar con ella por la muerte?
Como aroma la flor su cercanía
Todo lo embellecía su belleza.
¿Para qué andar
Horas deshabitadas, horas secas,
Horas desposeídas de su gracia?
Huérfanas de sus ojos
Y de la suavidad de su mirada.
Llegaba el día de sus alas.

Yo que canté la hora de sus manos,
La hora de sus ojos,
Debo decir que ya se ha ido
Y callar para siempre.
Veladora del sueño,
Albor, llave del cielo,
Cofre de los milagros,
¿para qué andar por la hora muda
Y para qué decir – cantar – la hora
Si entramos en el tiempo ya sin ella?


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Poema Elegía del reloj sin dueña - Juan Guzmán Cruchaga