El pirómano

Bajo tu ardiente mirada
El agua se ha transformado
En fuego abrasador que arrasa
Campos y poblados, plazas y jardines
Mientras la imagen contemplada
Permanece indemne dentro de la fuente
Protegida por lágrimas anónimas
Que brotan desde el centro de la tierra.
Lo que no sabes es que día a día
Desde dentro hacia fuera
Te conviertes en una estatua de sal
Con ojos clavados en los intestinos,
Oh imperturbable
Oh inenarrable salobre pirómano acuático,
Pues el espejo en que te miras,
Insaciable,
Te atrapa y te consume
En eternas llamas de pasión
Por ti mismo.


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Poema El pirómano - María Inés Zaldívar