Y ahora que desperté sin calendario
A las puertas de un cielo terrenal
Qué vas a hacer conmigo si no atiendo a razones,
Si me entregué sin más a la algarada
De esta felicidad sin qué ni fundamento,
Si el saludo se me vuelve pájaro en la mano
Y los ciento volando
Hacen cola para posarse en mi ventana,
Si me declaro en fuga
Tras la eléctrica chispa que aguarda en el instante,
Si hablo como quien canta
En las crines del pulso secreto de las olas,
Amenazo arrastrarte en un alud de espuma
Y mis dedos te cercan, antorchas navegantes,
Y se te caen las hojas amarillas,
Y al contacto tu piel prende en mi abrazo,
Qué vas a hacer conmigo sino entregarte entera,
Desarraigarte toda
Hasta que a las raíces les brote el don del vuelo,
Levar anclas, surcar la ingravidez
Preñada de centellas, con las manos
Tendidas al encuentro, ven conmigo,
Con rumor de campanas sobrevolemos los jardines,
Ha llegado la hora, vamos, ven
A conocer la risa de los ángeles.