¿Y qué voy a saber si a lo mejor mañana / es la mañana?
CLAUDIO RODRÍGUEZ
Las palabras de la resaca. Las del hastío.
La sensación implacentera,
La zozobra acompañándome,
El dudar acaso como dudan las estatuas
O como, sin ni siquiera saberlo,
Dubita en la boca la desidia.
Todavía los cuerpos están tendidos
Y en los vasos perdura
Aroma de licor y noche larga.
Aun más que la luz molesta el recuerdo.
El silencio del cuarto se rompe con asombro.
Quizá la calle vibre,
Quizá haya ruido, vida, peatones.
Demasiado poco los ojos para mirarlo todo,
Para saber que, de repente, vivimos
Y es ya casi invierno otra vez
Aunque brilla afuera un sol de engaño.
Despiertan las voces, la cefalea,
La urgencia frenética del café,
La aspirina inmediata.
La memoria tiene un trasiego de peces.
Espumas,
Conversaciones, movimientos.
Se oyen, vivos,
Los instantes que aguardan.
Así transcurre el día,
Con esa floración de nieve
Que deja en la carne la desolación
Con que amanecen las cosas
Tal vez esperando que el tiempo aparezca.