Era alegre y travieso.
De un radiante color verde las aletas y el vientre.
De colores el arco que describía a su paso.
Como un pájaro volaba por la gran superficie,
Salpicaba las mesas, empapaba manteles,
Y perseguía en las sombras un destello,
Una ráfaga, un sonido.
Él era la alegría de la enorme pecera.
Cada vez que su lomo, de verdes y esmeraldas,
Saltaba por el aire, por el fondo y las rocas,
Sorteando el peligro y los afilados dientes
De otros peces mayores,
Daba raros reflejos de colores brillantes
A las paredes sin luz de nuestra casa.