Cómo le habrías ahorrado rezos
A mi tristeza,
De haberte visto por otras rutas,
En otras fechas!
De haber cruzado por tu ventana
Cuando vestias de quinceañera,
¡cuántas estrofas te hubiera escrito
Con el diseño del viejo Bécquer o el joven Buesa!
Y tú, orgullosa, conservarías
Entre admirada y un poco ingenua,
Esos ensayos que se perdonan
Porque los dicta la adolescencia.
De haberte visto cuando en mi sangre
Había estruendos, bullían guerras,
Más que un soldado sería un hombre
Siempre invencible frente a la pólvora de tantas penas.
Hubiera andado por los caminos
-por los caminos de tus trincheras –
Y mi dolida tinta de angustia
No hubiera puesto tres libros tristes en las imprentas.
De haberte hallado cuando en mis ramas no había fruto
-con tus raíces a flor de tierra –
¡qué gran cosecha de amor tendría
Nuestra cosecha!
Con veinte años usando el lustre de nuestros besos,
Hoy brillarían hasta las piedras.
De haberte visto por otras rutas
En otras fechas,
¡Cómo le habrías ahorrado rezos a mi tristeza!