Te quiero porque fumas y bebes y blasfemas
Y escribes sin cesar por las paredes
O en la estación del tren
O en los bordes urgentes de una alcoba vacía.
Porque le has puesto verbos al dolor que te invade
Y aunque lo llames Marta
Soy yo quien te acompaña
Por esa travesía pesarosa de un nombre.
Y te quiero por todo o casi ya por todo
Lo que me das o quitas o me pones.
Y sabes, tú lo sabes, y yo también lo sé,
Que formas laberintos para que me distraiga
Y me quede dormida cuando llega la tarde.