Ya sé que está dormido
Yo siento a mis muertos
JOSE WATANABE
Ya escuché el candor de los segundos, de los terceros
Del hijo que se queda y se despide.
Ya llegó el cuarto con su rosario
El quinto con sus condolencias
El sexto con su oración para el viejo
El séptimo ya pálido se desvanece demasiado
Y el octavo que mide largo / ancho
Sonríe porque comerá hoy
Porque trabajara para la muerte.
Ya trajeron los cantos del mar
La música de las montañas
El cirio del cielo y el rostro de la tierra.
Y los tienen unidos para despedirlo
Para preguntar
¿A dónde ira?
Ya llaman a los hombres
Los que cargaran el árbol que ha caído
Y nos duele porque deja sombra
Porque deja palabras a medias
Aprendidas / olvidadas
Se recordarán cuando los cementos cubran su tumba.
Ya amamos al viejo
A su sombra inmóvil
A su pintura frágil
A su otro espíritu
Que no temblaba en la noche
Que no ignoraba el sueño
Que no decía adiós.