1
¿Quién eres extranjera?
Tus máscaras borrando los rasgos de tormentos
Son tu ventana ciega.
Con la avidez del relámpago robas el sueño
Y de la lujuria de tus sueños te estremeces
Entregada al infierno de la carne,
Tu fisura se abre sobre el vaso.
Cómo puede reposar tu soledad al fondo del corazón
A pesar de los días que hormiguean de nombres,
Cómo puede revestir tu tristeza los párpados
Y tu tarde profunda arrancar la mirada de la sima?
2
¿Quién eres tú, extraño recuerdo a la caricia,
Raíces extrañas a la huida,
Relajamiento oscuro como la densidad de la nube,
Recogimiento semejante a sí mismo?
Tu carne vida se sacia en su deseo
Desierto extasiado en su arena sedienta.
Estrecha es tu tierra estrecha,
Pero m? s vasta que el torso del amante.
Y una gota de tu desnudez basta
Para que llueva la luna.
3
No te engendré un árbol,
Ninguna estación te maduré.
Tus puertas están cerradas
Pero tú eres tierna como un placer que se abre.
Tu cabeza
En lo profundo
En lo profundo
Se impregna de imágenes.
4
Tu cielo, que permanece alto,
Endulza el aburrimiento,
Lo rocía de un gusto vencido,
Tal el horizonte que sabe.
Di cómo tu imaginario guarda la esencia,
Cómo al alba se cicatrizan tus deseos
Y encienden tu sed de desnudo.
?Cómo puede tener para cada salida del sol
Su cuchillo, extranjera,
Cómo te atreves!
5
Te pierdes en tu noche
Y en los lugares de paso,
En cuanto a tu sombra ella busca tus manos múltiples
Y oscila contigo bajo el arco de la voluptuosidad.
Extranjera tú eres
Y tu lo sabes,
Tú te rompes sobre tu reflejo,
Después esperas la conclusión del viaje.
6
Tu país es esta noche ardiente
Y no hay soles para apagarla.
Tus brazos ebrios bailan al borde de la presencia
Cada vez que una mano se dispone a partir.
Tu país no tiene nombre,
Ni fin tampoco.
Tu alma, cada vez que se acerca el instante de llegada
Lo aleja.
7
Tú llevas tu soledad que corre en las llanuras
En busca de pájaros para el bosque
Tu soledad ligera
Tal un seno que no ha atravesado el umbral de lo imaginario.
¿Dónde apoyas tu estrella cuando las tinieblas te tocan,
Dónde brillas, astro peregrino?
8
Tu palidez te guarda, extranjera en desorden
Y en la sombra tus rostros deshechos te esperan,
Tu Humor alfombra el sendero secreto
Y en la noche tu alma
Llora la realización de su delirio.
Las tristezas no son tu manantial.
Tampoco son el estuario,
Sino el viaje que hace el oro del alma.
9
¿Extranjera, alma mía, quién eres?
Se te toma por la rebelde,
Y no eres más que lubricidad que se traspasa.
Lo que se toma por rechazo
No es más de el vértigo del extravío.
Y el exceso de las máscaras borra tu rostro.