TU NOMBRE Y MI VICTORIA
Surgía tan románica la Soria
De aquella tarde que en San Juan de Duero
Pronuncié por vez primera un te quiero
Como aún la conservo en mi memoria.
Desde allí, no busco otra trayectoria
Que la ciudad que duerme junto al Duero
Y tú, que eres mi auxilio y mi sendero
Para alcanzar tu nombre y mi Victoria.
Tal vez la tarde fue premonitoria
Del amor en el que somos pasajeros
Desde el monasterio frío allá en Soria
Hasta el luciente estío duradero
En que aún nos gozamos de la gloria,
Y del que este soneto es mensajero.