Tristán e isolda

Vienen desde el tiempo que devora el mar
Tristán e Isolda
Bebiéndose la muerte por encargo
Tragándose el amor
En la cifra exacta del deseo,
Donde no ilumina la noche las estelas.
Nadie estaba allí para envidiarlos,
Ninguna tormenta bailaba entre sus sueños,
Un remolino de plegarias arrasó con la ira,
La costa los sacudió de temores
Mitad misericordia
Mitad recelo.
Desde el final hasta ahora
Sabrán que la muerte solo llega
Cuando iguala la medida de su deseo.
Centinelas del vino
Pan que devora el insomnio
Presencia inocente de naufragios de sed.
Cada trago habitando un encuentro,
Uno a uno desde el final hasta ahora,
Favoreciendo lo oculto de sus cuerpos,
En la ceremonia de los ojos cerrados
Acorralando vuelos de versos,
Habrá otra vertiginosa
Migración de inocencias.
Cayendo al precipicio de sus manos,
Vierten en su embestida de hiel
Una llamarada frágil
Vestigio del amor eterno.


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Poema Tristán e isolda - Esteban Charpentier