Soneto a la boca y ojos de su dama implorando piedad

El Sol a noble furia se provoca
Cuando sin luz lo dejas descontento,
Y, por gozarte, enfrena el movimiento
El aura, que de gloria se retoca;

Tus bellos ojos y tu dulce boca,
De luz divina y de oloroso aliento,
Envidia el claro sol y adora el viento,
Por lo que el uno ve y el otro toca.

Ojos y boca, que tenéis costumbre
De darme vida, honraos con más despojos;
Mi ardiente amor vuestra piedad invoca.

Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca.


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Poema Soneto a la boca y ojos de su dama implorando piedad - Pedro Espinosa