El Sol a noble furia se provoca
Cuando sin luz lo dejas descontento,
Y, por gozarte, enfrena el movimiento
El aura, que de gloria se retoca;
Tus bellos ojos y tu dulce boca,
De luz divina y de oloroso aliento,
Envidia el claro sol y adora el viento,
Por lo que el uno ve y el otro toca.
Ojos y boca, que tenéis costumbre
De darme vida, honraos con más despojos;
Mi ardiente amor vuestra piedad invoca.
Fáltame aliento y fáltame la lumbre.
Prestadme vuestra luz, divinos ojos.
Beba yo vuestro aliento, dulce boca.