Saga de agave azul y palma sola

Son las 14:30 y pienso en ti
O te imagino (que no es lo mismo que pensar)
Bebo un sacro tequila:
si estuvieras conmigo te besaría con labios
del más fino aguardiente
Entraste a mi alma por la imaginación: ventana clara
Veo palmas
(Te rodeo de palmas
Te corono de palmas:
un día estarás desnuda entre las palmas y serás para mí)
Estoy solo en el centro de una hermosa palapa de palma real
(de guano de acuerdo a tu singularísima dicción
que me hace ver tu lengua
nadando entre tus dientes con luminosa naturalidad:
te comes el final de las enes
vuelves jota la ese
y en un respingo alado de tu lengua
extremas los sonidos cortantes y acentúas
la gravedad de las palabras graves
haciendo rara música con todo lo que dices)
La brisa no es capaz de amainar el calor
La fuente canta en el centro de las palmas:
arroja finas gotas sobre mi frente que arde
Una gota de sal cae en mis ojos
Me has hecho recordar el sabor de las lágrimas
Me has hecho añorar cosas que no soñé
Has vuelto cosas de alma objetos que ignoré
Nimiedades para las que jamás tuve atención ni ojos
Se me han vuelto entrañables ciertas piedras
con que la Tierra adorna sus dulces oquedades
Me impusiste unos días el dogal de la diosa
Has vuelto adolescente mi corazón
Me regalas tu risa y tu pasión
y después amenazas con hacer añicos mi sabiduría
Me haces andar por calles empedradas
y amar la música de los establos
Sueño en el mar: los palacios azules
Sueño en el monte: la luz verde y dorada besando la humedad
Me has hecho estar pendiente del ritmo de los trenes
Del ajetreo de las estaciones
De los lentos minutos aguardando en andenes lejanos
Del polvo y de la hierba que crece junto a vías desvencijadas
junto a furgones abandonados
junto a durmientes dislocados y en lenta destrucción
(El esqueleto de los trenes se estremece conmigo
ante la extraña belleza de tus ojos: dolor y pasmo)
¿Recuerdas la terraza del palacio donde vimos la luz?
¿Recuerdas el volar de las palomas sobre la plaza enorme?
¿Recordarás aquel revoloteo sobre tu abdomen dulce?
¿Recuerdas la bandera agitándose en mis ojos?
¿Recuerdas la ebriedad?
¿La respiración ancha?
¿El abrazo de fuego en la ciudad tan alta?
¿Y la noche soplando su aliento transparente sobre el rojo crepúsculo
o pasando su lenta lengua negra sobre los edificios
para ocultarnos bien?
Desde que te conozco amo las caracolas y la playa dorada
y una posada fresca en el raro silencio de La Habana
Fui a Venecia por ti en los espesos días que esperaban la peste
Y fui más lejos:
vagué entre los palacios de Timur Leng
(aquel nieto del Khan)
Te amé en sus tierras de oro:
fui quitando uno a uno los treinta mil botones
desde el cuello hasta el hombro de tu blusa
(¡qué blancura tan tibia la que después mordí!)
Miro a una niña dulce de insólita belleza restregando su sexo
contra un árbol de bronce que ondula frente al sol
Miro a una adolescente de mirada abismal y larga cabellera
que restriega su pubis contra la húmeda Tierra
Veo la alta palmera a punto de volar
Pienso en tu alada lengua
Pienso en mi alado corazón
México o Samarkanda
Anáhuac o Venecia
Alemania o La Habana
Un solo grito
Un solo amor
Un corazón partido
con hacha o sierra
o de una vez:
a garra vil y fauces:
con uñas y con dientes
Nada ha cambiado
pero
han crecido el calor
la soledad
la Sed.


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Poema Saga de agave azul y palma sola - Efraín Bartolomé