Ya el polvo no es rüina, sino aliento.
Ya lo inmortal de lo mortal se fía.
Aquí paro en acierto la porfía,
y esculpió sus ideas el intento.
Próvido elige el barro el instrumento,
buscando proporción a su osadía,
que, como a darle espíritu atendía,
atribuyó lo humano a su elemento.
Ya, pues, que le inspiró lo eterno al vulto,
donde vuelve a nacer el sol de Iberia,
le fía al barro el andaluz Lisipo.
Que el bronce y mármol presumieran culto
de los años por sólida materia,
y para eterno bástase Filipo.