Primero fue una voz

Como un erial de labios agrietados
Bajo el sol implacable de la vida,
-silencio y soledad sobre su herida,
Se me agostaba el alma. Desangrados
Los sueños por abrir, cualquier huida
Me retornaba al punto de partida,
Los pasos, cada vez, mas desquiciados.

Así habría de ser, seguramente,
Cuando ya no se espera un nuevo día.
Mas, sin saber de donde y de repente
Llegó tu voz a mi. Su melodía,
Se hizo lluvia de amor sobre mi frente
Y no quise morir…. Amanecía.


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Poema Primero fue una voz - Rafael Valero Oltra