PRENDER velas y antorchas
iluminar los cuartos
buscar en la conciencia
cada rincón oculto de esta casa
aquí se hicieron firmes
los más leves instintos
aquí se han hecho sangre
los más firmes deseos
sentir su piedra viva apretarse en tus manos
y sus viejos crujidos
como música hermética
susurrando pausada sus antiguos amores
sus secretos más hondos
oler la cera virgen de sus tablas oscuras
conservan remachados
tus pasos titubeantes
esta casa es un templo
un bastión un colegio
hoy tendrás que dejarla varada en la nostalgia
abandonada al viento que levanta las tejas
indefensa ante el polvo
suspensa en el olvido
sólo podrás llevarte
sus añejos aromas como prietas raíces
para poner el norte a tu destino
las conquistas sin ella no tendrían sosiego
pero enciende una hoguera hipnótica y totémica
comienza tu vigilia contemplando sus sombras
aprendiendo en sus sueños
que han quedado acallados tras goznes herrumbrosos