El beodo narraba dificultosamente,
Con hipos de agonía y vahos de aguardiente:
El residuo de hombre, sin vigor, ni decoro,
Era único dueño de un singular tesoro.
Y bajo sus andrajos hurgando torpemente,
Alzó en triunfo una cosa flexible y reluciente:
– una trenza finísima de cabellos de oro –
Y gimió: “Es de la infame… ¡que todavía adoro!”
Y una noche de lluvia se colgó de una rama,
Y un rechinar de clientes epilogó su drama
De rencores a tientas las brumas del alcohol.
Y los curiosos vieron, al inflamarse el día,
Que en su cárdeno cuello la trenza relucía,
Cual si se hubiera ahorcado con un rayo de sol.
(1 votes, average: 5.00 out of 5)
Versos similares:
- Elegía lamentable Desde este mismo instante seremos dos extraños por estos pocos días, quién sabe cuántos años… Yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido uno […]...
- Poema nocturno Muchacha de una noche de viento y hojas secas, Que una sonrisa tuya pobló de mariposas, Como si aún recordaras tus últimas muñecas Junto a […]...
- Su trenza Bien venga, cuando viniere, la Muerte: su helada mano bendeciré si hiere… He de morir como muere un caballero cristiano. Humilde, sin murmurar, ¡oh Muerte!, […]...
- De pie bajo la lluvia Así estás todavía de pie bajo la lluvia, bajo la clara lluvia de una noche de invierno. De pie bajo la lluvia me llega tu […]...
- Canción de las gemas A Aziyade ¡Yo adoro el diamante de luces reales! El que desbarata diáfanos cristales en el rizo rubio y en la trenza umbría; príncipe nimbado […]...
- Rapaz Paz hecha a semejanza del rayo En la noche circundada de gritos Junto al estuario de los niños asesinados Guerra sin tregua la paz del […]...
- Poema final por nosotros Está bien, vas con otro, y me apeno y sonrío, Pues recuerdo las noches que temblaste en mi mano, Como tiembla en la hoja la […]...
- Poema de la belleza cautiva que perdí Pequeña de mis sueños, por tu piel de palomas, la pálida presencia de la luna en el bosque o la nieve recién caída de los […]...
- Poema del espejo Déjame ser tu espejo, supliqué aquel día, recuerdo que tu mano se estremeció en la mía. Yo que envidio tu espejo, quiero saber que siente […]...
- Ultimo poema Otra vez tus caminos me llevan hacia el alba, Cuando ya en mi sonrisa murió el último niño. Otra vez esa flecha clavándose en la […]...
- Poema del loco amor I No, nada llega tarde, porque todas las cosas tienen su tiempo justo, como el trigo y las rosas; sólo que, a diferencia de la […]...
- Poema para el crepúsculo I Hora de soledad y de melancolía En que casi es de noche y casi no es de día. Hora para que vuelva todo lo […]...
- Viejo estribillo ¿Quién es esa sirena de la voz tan doliente, de las carnes tan blancas, de la trenza tan bruna? -Es un rayo de luna que […]...
- Otro poema Ya he visto toda cosa y no es el sentimiento quien dicta en la conciencia. Una noche rondaba un cadáver austero en la memoria y […]...
- Poema para olvidarte Amar – nadie lo ignora – viene a ser como un juego: el juego de dos almas y el juego de dos vidas. Y hay […]...
- Poema del éxtasis No, nunca fué mi mano más lenta que en la hora Secretamente mía de aquella noche, aquella… Fué así como una nube cuando oculta una […]...
- Segundo poema del río I Íbamos el la noche con tu sueño y el mío, Donde empiezan tus ojos y termina la sombra. Y allá bajo los puentes, iba […]...
- Tercer poema de la despedida Llamarada de ayer, ceniza ahora, Ya todo será en vano, Como fijar el tiempo en una hora O retener el agua en una mano. Ah, […]...
- Poema del amor pequeño Fue breve aquella noche. Fue breve, pero bella. Poca cosa es el tiempo, que es también poca cosa, porque nadie ha sabido lo que dura […]...
- Respuesta al poema de la culpa (ella) Señor, yo no soy digna siquiera de rogarte: Mi corazón ignora la palabra del arte. Sólo vengo a decirte que no me han comprendido, Porque […]...
- Respuesta al poema de la culpa Señor, yo soy el otro que también la quería, Y vengo a confesarme, porque la culpa es mía. Ella tuvo la gracia fatal de nacer […]...
- Poema para el día de hoy Espartaco se llama El hijo que soñamos. Es surtidor de llamas Fuerte desde temprano. Suele abrazar a cabras De su tamaño, Forcejear con ellas, Derribarlas […]...
- Poema funerario El pájaro de lujo ha mudado de estrella Aparejad bajo la tempestad de las lágrimas Vuestro ataúd a vela Donde se aleja el instrumento del […]...
- El poema de los cuerpos Ved el poema de los cuerpos De los dioses que se aman; Cómo se encajan y completan En sus recodos secretos, La posesión carnal De […]...
- Poema del amor ajeno Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo como queda el perfume más allá de la flor. Tú sabes que te quiero, pero no […]...
- Poema del amor lejano Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo como queda un perfume donde había una flor. Tú sabes que te quiero, pero no te […]...
- Segundo poema de la despedida Vete como quien llega, pero vete, Pues ya el trigo creció para la siega. Mi amor es como un niño que no juega Para que […]...
- Un vómito de sangre UN vómito de sangre Mató a mi abuela; Estaba en la cocina, cardando Lana, y cayó como un pájaro. Mi abuelo navegaba y cuando un […]...
- Poema de la culpa Yo la amé, y era de otro, que también la quería. Perdónala Señor, porque la culpa es mía. Después de haber besado sus cabellos de […]...
- Poema de la duda Nuestro amor ya es inútil como un mástil sin lona, Como un cause sin agua, como un arco sin flecha, Pues lo que enciende un […]...