Me casó mi madre
chiquitita y bonita,
con unos amores
que yo no quería.
La noche de novios
entraba y salía.
Le seguí los pasos
por ver dónde iba,
y le veo entrar
en ca su querida.
Me puse a escuchar
a ver qué decían,
y oigo que le dice:
-"Palomita mía,
a ti he de comparte
sayas y mantillas,
y a la otra mujer
palo y mala vida.”
Me fui para casa
triste y afligida;
púseme a cenar,
cenar no podía;
me puse a coser,
coser no podía,
me puse a rezar,
rezar no podía;
me puse al balcón
por ver si venía.
Ya escuché su pasos
por la calle arriba.
Llegóse a la puerta,
llamando decía:
-“Ábreme la puerta,
abre, vida mía,
que vengo cansado
de ganar la vida.”
-"Tú vienes, traidor,
de ver la querida;
bien te oía decirle:
-Palomita mía,
a ti he de comprarte
sayas y mantillas,
y a la tora mujer
palo y mala vida.”