En la fiesta de la huida a egipto del niño jesús con su santa madre

Tan cobarde valentía
no la creyera de Vos,
y que un hombre, y hombre y Dios,
huir de un hombre podía.

Quien este rigor sabía,
¿por qué no vino a nacer
adonde se va a esconder,
y no donde huye el rigor?

Ay, que no sabes, pastor,
lo que huyendo amor desea.
Nace volando y huyendo pelea;
con sus plumas avienta las llamas,
y viste las flechas que matan de amor.

Sobra el miedo en la huida,
que, en este rigor, no viene
a peligrar, si le tiene
en brazos la misma vida.

Y si ha de ser permitida
la muerte, y no por suceso,
a mi juicio yo confieso
que está de más el rigor.

Ay, que no sabes, pastor,
lo que huyendo amor desea.
Nace volando y huyendo pelea;
con sus plumas avienta las llamas,
y viste las flechas que matan de amor.

Ya lo entiendo, y me es notoria
la industria en lo retirado,
que aún no tenía el pecado
edad para su victoria;
y, aunque le fuera de gloria
vencerle en edad reciente,
no quiso dar a su oriente
lo que pudo a luz mayor.

Ay, que no sabes, pastor,
lo que huyendo amor desea.
Nace volando y huyendo pelea;
con sus plumas avienta las llamas,
y viste las flechas que matan de amor.

Si dicen que por morir
se nos vistió de mortal,
¿parecerá acaso mal
de la muerte agora huir?

Y si es gana de vivir
huir de un mortal cuidado,
no haberse mortalizado
le hubiera sido mejor.

Ay, que no sabes, pastor,
lo que huyendo amor desea.
Nace volando y huyendo pelea;
con sus plumas avienta las llamas,
y viste las flechas que matan de amor.


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Poema En la fiesta de la huida a egipto del niño jesús con su santa madre - Gabriel Bocángel