Manos

MANOS de estar dormido y quién sabe hasta dónde

Si el desierto es golpeado por el olvido

Y uno mismo es un eco sin murallas

Turistas enfermos de pesadumbre y remordimiento

Máquinas de entibiar un sueño de manos sobre la estatua

Aquí está el ruiseñor pasado de moda

Y la luna recién planchada para el seno de la doncella

Y la primavera obstruida

Por esos faraones y por esos centauros

Que se articulan cuando nos duele la cabeza

Por un exceso de civilización

Aquí todas las venas acuden a la llamada

A recoger sus redes sobre la colina

Es el mundo de nuevo como garganta que va a cantar

La ola educadora de los niños

Y la mano que duerme en la máquina o la carne el sueño conveniente

Vago espejismo huésped de los ojos cegados

Llenos de árboles por el cerco de la memoria

Que acosa sin remordimiento al ruiseñor

Detenido insistente a la puerta del barrio pobre

Os lo digo con la voz llena de astros

Con la garganta obtenida nombrando fuerte a Dios en el desierto

Con los soles sometidos para comprar la tristeza de las ciudades

El deshielo nocturno invadirá las avenidas

Con nueva sangre desatada por nuestras manos últimas

Manos de estar dormido y quién sabe hasta dónde

Nuestras manos dormidas como un gran mapa mudo

En sus dos hemisferios

O como una ensenada cariñosa

Y también con los ojos golpeados por la historia


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Poema Manos - Luis Álvarez Piñer