MANOS de estar dormido y quién sabe hasta dónde
Si el desierto es golpeado por el olvido
Y uno mismo es un eco sin murallas
Turistas enfermos de pesadumbre y remordimiento
Máquinas de entibiar un sueño de manos sobre la estatua
Aquí está el ruiseñor pasado de moda
Y la luna recién planchada para el seno de la doncella
Y la primavera obstruida
Por esos faraones y por esos centauros
Que se articulan cuando nos duele la cabeza
Por un exceso de civilización
Aquí todas las venas acuden a la llamada
A recoger sus redes sobre la colina
Es el mundo de nuevo como garganta que va a cantar
La ola educadora de los niños
Y la mano que duerme en la máquina o la carne el sueño conveniente
Vago espejismo huésped de los ojos cegados
Llenos de árboles por el cerco de la memoria
Que acosa sin remordimiento al ruiseñor
Detenido insistente a la puerta del barrio pobre
Os lo digo con la voz llena de astros
Con la garganta obtenida nombrando fuerte a Dios en el desierto
Con los soles sometidos para comprar la tristeza de las ciudades
El deshielo nocturno invadirá las avenidas
Con nueva sangre desatada por nuestras manos últimas
Manos de estar dormido y quién sabe hasta dónde
Nuestras manos dormidas como un gran mapa mudo
En sus dos hemisferios
O como una ensenada cariñosa
Y también con los ojos golpeados por la historia