Que el que ha bebido el sudor de mi cuerpo
Aspire a beberlo siempre,
Pues como el agua del Nilo
Ninguna otra apagará su sed.
Que el que halla dormido
En la tibieza de mis carnes
Aspire a tener un sueño reposado
Entre morenas y rosadas pieles,
Ninguna otra le dará cobijo.
Que perdido esté quien ha yacido a mi lado,
Anhelará mi alma en finas gotas de sudor.
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