Desengañémonos:
Aquellos que más nos quieren
No nos convienen nunca.
Acaban siempre
Por tener que tomar alguna
Decisión muy grave; nos dejan.
Cuando unos días más tarde
Nos caemos en medio de la calle,
De dolor, de debilidad, de desamparo,
Alguien a quien ni siquiera conocemos
Es quien nos ayuda, y al despertar
En cualquier camilla de hospital descubrimos
En la enfermera de turno que nos cuida
Los ojos más dulces de la tierra.